Todos en al algún momento hemos sido parte de la cadena de transacción que es la violencia y es que: violentamos por reflejo en la misma medida (al menos) en la que somos violentados. Para poder entender la violencia fuera de mí es necesario disectar los hechos y me encuentro con que la violencia es nada más que una “moneda” con la que me pagan y luego regreso el favorcito, quiero decir que es un tipo de cambio conductual, es – desde mí óptica – una dinámica bancaria:
Me pagan con violencia, la deposito en mi banco de violencia y luego le pago a alguien o a algo cuando “me hacen” algo, es decir, me desquito.
Y con este proceso nos podemos seguir toda la vida, aceptando estos billetes y luego pagando con intereses, hasta el día que se nos acaben o al tomar responsabilidad en el proceso y hacer un ejercicio de consciencia al respecto y decidir no aceptar más esta divisa. Suena sencillo y lo es, pero esto no implica que sea fácil, nada, porque estoy condicionado al proceso, pero si pongo en perspectiva entonces:
Me deshago de esto que me dieron ya que no es mío, entender esto es la gran parte de todo el proceso, lo difícil esta en entender qué, en primer lugar lo que “me hacen” en realidad no me lo hacen a mí y entonces ese billete ya no entra en mi cajero. Antes de entender esto último, pensaba que para poder parar la transacción tenía que “aguantar” lo que me hicieran, pero, soportar solo es ir depositando con intereses hasta que no pueda más y pague todo ese acumulado.
Viví y conocí la violencia desde muy chico, física y emocional, entonces además de aprender la transacción y desquitarme de todo, integrarlo como algo normal y reflejarlo como “el niño problema” vivía y ejercía este proceso hacia adentro, me violentaba. Esta violencia propia, expresada como cualquier comportamiento compulsivo y autodestructivo por muchos años, es mucho mas peligrosa, ya que el único parámetro con el que cuento como tope a esto es mi autoestima o la consciencia de mi mismo y si no es buena esa relación conmigo entonces ¿dónde esta el límite? ¿dónde para la autodestrucción?
El otro día leía que las personas solo actuamos desde alguno de estos impulsos básicos: amor o temor, ósea que, la única cura de la violencia es el amor, es el tope, es el parámetro y en el mismo instante que logro reconocerme puedo decidir parar “la transacción” y esto se extiende fuera de mi, dejo entonces de violentar por que me dejo de violentar.
Si mi relación conmigo dicta todas mis relaciones, entonces puedo contener, consolar y transformar cualquier temor, para dejar de proyectarlo y al hacer esto entonces termino la cadena de transacciones violentas.
Yo soy mi medida para todo: amor, temor, violencia, afecto, en fin de todo lo que proyecto y es de este modo que la puerta de salida solo abre para adentro.
-jccp


Me encantan tus analogías y la manera en que planteas el tema de una manera sencilla pero profunda.
“La puerta de salida solo abre para adentro.”
Excelente post! 🙌🏻