Mis patrones dictaban que necesariamente tenía que satisfacer, necesitar y ser necesitado, incluso negarme a mí mismo por la otra persona, cosa que no puede ser más falsa. Hoy entiendo que el dolor que he vivido ha transformado mi visión y esto es lo que quiero compartirte, hoy me veo reconfigurado y con la consciencia de elegir lo que quiero y no lo que aprendí que era.
El amor es, no hay más, es uno y no existen divisiones ni diferencias, el amor propio por ejemplo no es diferente del amor de pareja o de hijo o hermano, es absoluto y desde mí perspectiva es un binomio, empezando por que la medida del amor soy yo mismo: No puedo dar más amor del que me doy por el simple hecho que no lo conozco, no lo tengo y dar menos, pues no es amor, ya que estaría limitándolo y eso no es posible.
¿Cómo entender la medida del amor? A través de la consciencia, el amor es uno y lo manifiesto desde el nivel en el que esté parado, digo nivel por que para mí en la consciencia se asciende o evoluciona, en este sentido, el “amor” expresado desde el nivel más bajo de consciencia es el que se reclama, el que lastima para que se le reconozca, a la fuerza y violentando porque al hacer esto me voltearan a ver y al sentirme visto, me siento amado, es decir, necesito del otro para satisfacer lo que solamente yo me puedo dar, mis necesidades solo se satisfacen a través de mí.
En el entendiendo de no necesitar de nadie para satisfacer mis necesidades que es trabajo permanentemente personal y el no hacerlo representa que pagaré precios elevados para sentirlo, precios emocionales. Revisando mis necesidades llego invariablemente al tema de la necesidad social y aunque eso involucra a los demás, toda relación se gesta, se define y determina solamente por mí relación conmigo.
Así entiendo el amor: Si me veo como un vaso, primero debo llenar de agua mí vaso donde eventualmente llegare al borde, pero, darme es el acto de amor más grande que puedo experimentar por lo que no dejo de hacerlo y esto genera un desborde, un desborde de mí mismo y es así cómo me comparto a los demás. Si soy consciente de esto entonces en automático soy consciente de mí espacio y de mis límites ¿qué no es esto entonces saber quién soy? Conocerme es amarme.
Para el amor en pareja veo que es un poco distinto porque ya no solo es compartir de lo que me desborda, conscientemente decido dar una parte de lo que me doy a la otra persona, por eso el amor es una decisión también, con mí luz y su luz, con mí obscuridad y la suya, un amor que no tiene necesidades y expectativas… Un amor consciente. Involucra también la construcción de un proyecto en donde el proyecto mismo se vuelve mucho más grande que la suma de sus partes, es, generación pura.
Entendido como dos individuos que se dan uno al otro solamente una parte de lo que se dan a ellos mismos, en este ejemplo: yo te doy una parte de lo que me doy y no solo una parte de lo que me desborda, de manera consciente y decidiendo hacerlo, reconociendo, aceptando y admitiendo que es de manera completa, como expuse, con luz y con oscuridad en su naturaleza dual, opuesta y complementaria, de mí para ti y de ti para mí, misma magnitud en dirección opuesta.
En este ejercicio de amor consciente de dar y recibir sabiendo quién soy, por su naturaleza libre y sin expectativas porque al no tener necesidad del otro, solo puedo manifestarme tal cual soy y la pareja tal cual es.
Un punto clave de esto es definir ¿qué es una expectativa? la entiendo como una responsabilidad creada por mí, la cual voy y se la cuelgo al otro, sin decirle que la tiene y encima de todo (por si no fuera ya esto gran cosa) espero que la cumpla ¿que loco no? visto así no hay sentido alguno que le quepa a la expectativa y lo más “chistoso” de todo es que nos la pasamos colgándolas en los demás como si fueran medallas de oro.
Si solo el hecho de entender qué es la expectativa ya no me hace sentido, vivimos empeorando la situación al naturalizar que ahora es obligación del otro cumplirla para que no me decepcione ilógico ¿no?.
Vivir un amor consciente y sin expectativas es posible, esto no implica sea fácil, pero, y solo para poner en perspectiva ¿qué tema que involucre el ejercicio de concientizar es? En mí experiencia, ninguno.
El amor empieza dentro, sin necesidad, sin expectativas, al menos así debería amarme ¿no? Mí relación conmigo dicta el ritmo y sustancia de mí relación con los demás, de la misma manera en la que me amo lo expreso.
El amor es absoluto y es tan sublime y fino que en el momento que intente condicionarlo, limitarlo o forzarle alguna otra condición, se esfuma, es como una burbuja, cualquier influencia externa lo revienta, es decir, deja de ser amor, tampoco transgrede, el amor es generación y el hombre, como en la naturaleza, si no genera, se muere.
-jccp


Pingback:La violencia - Hecho Mierda